Hace 42 años, la escritora fallecía en su casona de la localidad de Beccar
Ramona Victoria Epifanía Rufina Ocampo, fue el nombre completo de esta mujer de vanguardia, que nació en 1890 y comenzó a escribir durante primera década del siglo XX, en un mundo intelectual estaba dominado por hombres.
Este miércoles 27, se cumplen 42 años de su muerte. Hoy es recordada por un legado que trasciende la literatura y que toma especial relevancia en estos tiempos: Victoria Ocampo fue una figura fundamental en la lucho por la igualdad de derechos de la mujeres.
La escritora pertenecía a una familia aristocrática. Era pariente lejana de Manuel Belgrano, Bartolomé Mitre, Prilidiano Pueyrredón y Vicente Fidel López. Y sus padres se conocieron en el funeral de Domingo F. Sarmiento.
Durante su infancia estuvo a cargo de institutrices extranjeras y solía viajar a Europa por largos períodos.
Cuando era adolescente, su madre le prohibió leer libros “indecentes” para una mujer (como De profundis, de Oscar Wilde) y su también su padre impidió que estudiara actuación.
Contra las costumbres de la época, Victoria fumaba, manejaba y vestía pantalones largos, entre otras actitudes vedadas para las mujeres de su tiempo.
En 1912, con 22 años, Ocampo se casó con Luis Bernardo de Estrada. Cuentan que al poco tiempo descubrió que su marido tampoco apoyaba su vocación actoral y se sintió traicionada. Luego de vivir en pisos separados, en 1922 se mudó sola. De Estrada murió en 1933. Entretanto, Victoria mantuvo una intensa relación con Julián Martínez, un primo de él.
Alentada por el novelista Waldo Frank y el filósofo José Ortega y Gasset, creó la revista Sur, que representaba la alta cultura local. Lo hizo contra la voluntad de su padre, quien temía que despilfarrara su fortuna.
La emblemática publicación contó con las plumas de Oliverio Girondo, Adolfo Bioy Casares, Gabriela Mistral, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Pablo Neruda y Silvina Ocampo, entre muchos otros.
Fue traductora -y así hizo llegar los nuevos aires de las ideas al país- y su escritura hizo énfasis en lo autobiográfico, con una serie llamada Testimonios y otra, Autobiografía.
Entre 1958 y 1962, Victoria presidió el Fondo Nacional de las Artes. En 1977, se convirtió en la primera mujer que ingresó a la Academia Argentina de Letras. A lo largo de 88 años, evadió todos los esquemas. Como dijo Borges, su amigo y colega: “Es imposible definirla con una sola palabra. La mejor forma de definirla es decir Victoria Ocampo”.
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